Maruja Mallo: Cuando la curiosidad se convierte en arte
- Escuela de Arte iONA
- 21 oct
- 2 Min. de lectura
Por Lucía Ares, profesora en Escuela iONA
Hace unos días me escapé a visitar la exposición de Maruja Mallo (o Ana María, si te sientes con confianza de llamarla por el nombre que estableció su familia en su partida de nacimiento). Por si no te haces una haces una idea de quién era Maruja, te adelanto que no era precisamente una mujer común para los estándares de aquella época. Maruja es pura vanguardia, es una persona de naturaleza aventurera, con ansias de saber ( y digo "es" porque su legado, sus ocurrencias, sus intereses siguen vivos y palpables y los sientes muy presentes a lo largo de esta exposición retrospectiva).
La trayectoria de Maruja creció y evolucionó codeándose con las grandes figuras intelectuales del momento, la afamada generación del 27. Neruda, María Zambrano, Valle- Inclán, Lorca, Dalí, Buñuel....son sólo algunos de sus compañeros de andanzas artísticas y con los que también compartió tiempos de puro jolgorio y desmadre bohemio.

La verbena, 1927

Dos máscaras, 1952
Maruja era pura curiosidad, apasionada del universo y de las fórmulas para conocer la verdad de aquello que no podemos ver. Sus profundos estudios de álgebra, de geometría, las matemáticas del arte, inundan cada fase artística de Maruja. A estos intereses que lleva a cabo a través de lienzos, cerámicas, escenografías, etc., hay que sumarle su interés por la antropología, por la iconografía, por la naturaleza (de proporciones áureas), los maquillajes imposibles y la diversidad cultural. Maruja se transforma en una fusión de todo aquello que llamaba su atención, y todo ello lo plasma en sus diferentes etapas artísticas. Cada sala te sumerge en un mundo distinto, y cada uno de sus mundos forma parte del universo Maruja Mallo. Verbenas satíricas en multitud de planos, lienzos de gran formato en tonos monocromáticos, grises, neutros, de naturaleza más cruda, cúmulos de huesos y de basura. Pequeñas piezas de colores vivos, de espléndida e idealizada naturaleza. Retratos frontales, de perfil a modo de estudio fisonómico de diferentes etnias. En su serie "La religión del trabajo" te encontrarás a la mujer como diosa de la agricultura y de la pesca en grandes composiciones simétricas con guiños a la cultura egipcia, a la griega, y que recuerda también a la estética de la cartelería de propaganda bélica. Estudios en torno a las máscaras y lo ritual...Y así podríamos continuar nombrando más caras del prisma multifacético de la mente de Maruja Mallo.

"Canto de las Espigas", 1939

Figuras, 1937

Naturaleza viva, 1943

Antro de fósiles, 1930

La Cierva Humana, 1948
PD: Esta breve introducción sirve de aperitivo para que te acerques con más motivación a visitar esta exposición que claramente estoy recomendándote. Eso sí, si vas en fin de semana siempre es mejor elegir la hora de comer para evitar el gentío. Ya me contarás.





