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GASTRONOMÍA, PURO ARTE

Por Lucía Ares, profesora en Escuela iONA



Nota: La idea de este artículo probablemente surgió a partir de un episodio de hambre aguda durante alguna de mis clases de pintura alrededor de las 20h. La comida además de sabrosa, puede ser inspiradora. Ahora lo veréis.


Son muy variadas las temáticas en las que los artistas han depositado su expresión personal, su tiempo de trabajo, pero como suele suceder con nuestra tendencia a las jerarquías, cada una de dichas temáticas tiene un valor social diferente. Existe una escala de temas de más valorado a menos, es un podio externo a la resolución o la habilidad del artista a la hora de representar dicho tema. Una temática es superior a otra por el valor social que dicho tema tiene. Se dice que la naturaleza muerta, también conocida como bodegón, empezó a tener cierta relevancia en Países Bajos, en el siglo XVIII, aunque tiempo antes hubo pintores, como Vincenzo Campi o más tarde, Caravaggio, que trataron el bodegón como un género independiente.


En cuanto a su uso, la naturaleza muerta/bodegón suele ser un recurso muy utilizado en el aprendizaje del dibujo o de la pintura. Son aparentemente formas más sencillas que nos ayudarán a comprender el volumen y las proporciones para luego enfrentarnos a tareas presumiblemente más complejas, pero son pocos los que lo eligen como tema motivador, como opción apetecible. ¿Por qué? Seguramente porque anteponemos la representación de otros temas más valorados socialmente, menos anodinos, menos cercanos, más impresionables, o lo que puede ser más certero, temas que despierten más emoción de lo que despiertan un par de melocotones. No obstante, por lo que a mí respecta, a nivel plástico (o narrativo), pueden resultar más interesante un bodegón que una figura humana si la obra así lo merece.


Comenzaremos la ronda de imágenes con una obra del nombrado Vincenzo Campi, que curiosamente no es un bodegón, pero sí muestra la gula descontrolada de los personajes representados.


Los comedores de requesón, Vincenzo Campi (1580)


El siguiente cuadro fue pintado por Caravaggio sobre otra pintura que no fue de su total agrado y representa un conjunto de frutas de verano sobre un cesto de mimbre. Sin más alarde intelectual. Hay quien dice que la madurez de las frutas podría estar señalando hacia un mensaje de la levedad de la vida o quien piensa que se trata de una clara referencia al Libro de Amós. Pero como no te quiero engañar, te diré que hasta el momento son sólo suposiciones y es muy posible que Caravaggio tuviese otros ideas en mente.

Cesto con frutas, (1597) Michelangelo Merisi da Caravaggio. (Espero que te hayas esforzado en pronunciar el nombre completo con buen acento italiano)



Por la misma época nos encontramos con las famosísimas representaciones de Arcimboldo, pintor obcecado con la composición y perseguidor de una especie de pareidolia, en la que el espectador vea rostros donde teóricamente hay frutas.


Uno de los retratos/bodegón de Giuseppe Arcimboldo. Cesta de frutas (cabeza reversible),(1590).



Como ya adelantamos, el género del bodegón tuvo mucho éxito en los Países Bajos. Una de las artistas pioneras fue la pintora flamenca Clara Peeters, especialmente conocida por los autorretratos camuflados en elementos de tales bodegones.


Bodegón con pescado, alcachofas, cangrejos y gambas, Clara Peeters (1611)



Detalle de alguno de los famosos autorretratos escondidos de Clara Peeters



El siguiente bodegón, obra de Goya, puede parecer una simple composición de productos recién adjudicados en la carnicería más próxima, pero está considerada una obra metafórica en la cual el artista utiliza estas piezas de carne para aludir a restos humanos como consecuencia de los episodios cruentos de la Guerra de la Independencia (1808-1814). Es por esto que este cuadro tiene poco que ver con los exuberantes y opulentos bodegones de frutas brillantes y apetecibles que mostraban los pintores de la corte de tiempos pasados.


Bodegón con costillas, lomo y cabeza de cordero, Francisco de Goya



Seguramente Paul Cezanne, maestro de los bodegones, vio mucho potencial pictórico en sus composiciones de frutas, cebollas y demás elementos gastronómicos ya que explotó al máximo los recursos que podían ofrecerle aquellas formas naturales que tenía a su alrededor estudiando la diferente iluminación, alterando las composiciones, etc. Para Cezanne, una fruta podía ser tan apasionante como un paisaje o un retrato, y esto se explica principalmente porque lo que le generaba real interés era el puro análisis de las formas y los colores, crear composiciones sólidas, racionales y en definitiva alejarse de la pintura espontánea y circunstancial de los impresionistas. Cezanne quería construir algo fijo, permanente, algo estable, producto de un trabajo de análisis, el germen de un estudio exhaustivo. De ahí que se considere a la pintura de Paul Cezanne como punto fundamental en la aparición del cubismo.



"Bodegón con siete manzanas", 1878, Paul Cezanne



Poco más tarde esas composiciones sólidas y estructuradas de las que hablábamos darán lugar al nacimiento del cubismo.

Limones, George Braque (1929)



Avanzamos en el tiempo y viajamos a Estados Unidos. Como bien sabéis, Andy Warhol creó numerosos lienzos utilizando la misma temática. Elementos cotidianos, consumidos por el conjunto de la sociedad, accesibles para todos. Elementos banales tratados en masa. El Consumo hecho arte. Un contraste absoluto frente a las obras expresionistas antecesoras. Una obra realizada en cadena frente al sello exclusivo y personal de las obras expresionistas. La pasión versus la frialdad. El sentimiento versus la eficiencia, la practicidad conceptual. Para unos es una crítica al capitalismo/consumismo y para otros es, por el contrario una oda, un regodeo, o simplemente un reflejo de la sociedad y de la cultura que rodeaba al propio Warhol.


Latas de sopa Campbell, Andy Warhol, (1962)



A menudo los artistas simplemente tratan de representar los alimentos tradicionales del lugar de su lugar de origen, sin más pretensiones simbólicas. El artista contemporáneo Miquel Barceló centra gran parte de su obra al entorno que le vio crecer, a la cultura mediterránea, dedicándole también atención a los ingredientes de nuestra preciada cocina.


La gran cena española, Miquel Barceló. (1985)




Preba i tomatiges, Bodegón rosa y fragmento de Alegoría de los frutos del mar y de la tierra, Miquel Barceló



El pintor de fotorrealismo (corriente del hiperrealismo), Ralph Goings utiliza el virtuosismo técnico para mostrar el auge de la comida rápida y poco saludable de una forma racional y objetiva. Botes de Ketchup, saleros, rosquillas, servilleteros de cualquier bar de carretera estadounidense.


Bodegón hiperrealista, Ralph Goings (1995)


Hace apenas una semana me encuentro de nuevo con un guiño gastronómico en la muy recomendable exposición de Jose Luis Serzo, en la cual aparece representada en varias ocasiones y disciplinas ( pintura y escultura) una ristras de ajos de facturas erotizadas y surrealistas.

La ristra de Courbet, escultura de Jose Luis Serzo (2022)



La gastronomía sigue y seguirá formando parte del arte con tantas y variadas intenciones como artistas hay y habrá en la historia. La comida es una necesidad para todos, una forma de activismo y crítica para unos, un entrañable homenaje a su infancia para otros. Puede ser una fuente de mensajes y simbolismos o un compendio de formas y colores que componen una imagen. Puede ser algo simple, banal, desapercibido, o puede englobar mucho significado y complejidad.

Es un área llena tantas posibilidades, de tantas perspectivas y deseos imaginables como personas hay en el mundo.








Fuentes:


https://www.iac.org.es/noticias/actividades-socios/inauguracion-de-la-nueva-exposicion-de-jose-luis-serzo-en-galeria-alvaro-alcazar.html


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