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Estratigrafías. El microuniverso de las obras de arte.


Que las obras de arte ocultan muchos secretos es más que sabido por tod@s. Como ya vimos en algún artículo anterior, la cantidad de información que puede hallarse durante los análisis llevados a cabo por profesionales a la hora de abordar una intervención restauradora, nos desvelan datos e imágenes únicas.


En los diferentes procesos de análisis previos que hay que realizar en las obras de arte que van a ser intervenidas por los conservadores y restauradores, existe una prueba especialmente bella, o al menos a mi parecer. Se trata de los análisis estratigráficos. Quizá dicho así no resulte muy atractivo, pero si hay algo que evidencie aun más lo que las obras de arte esconden en su interior, es ver a través del microscopio la sección estratigráfica de sus capas pictóricas.


Pero, ¿qué es una estratigrafía? Este termino atañe a la disposición de capas, más o menos paralelas, y superpuestas unas por encima de otras. Las estratigrafías que hemos podido observar tod@s en algún momento de nuestra vida, se encuentran durante el recorrido que hacemos cuando vamos de viaje, en coche o en tren, y vemos las distintas secciones de los cerros y montículos geológicos realizados artificialmente para construir el trazado de las carreteras. Esa distinción de tipos de tierra, color, textura, grosor... perfectamente separadas por interfaces de espacio/tiempo, nos indican que hay un cambio de material entre una capa y otra y una explicación histórica también.


Fig.1. La Quebrada Humahuaca, Argentina.


Pues esto mismo sucede a una escala mucho menor con las diferentes capas aplicadas por los artistas en sus obras. Un sandwich realizado con los ingredientes cromáticos elegidos para aplicar en el cuadro... un poquito de imprimación de yeso y cola, con azul lapislázuli, azul cobalto con una pizca de blanco de zinc y todo ello cubierto por una salsa espesa llamada barniz.

Apetecible ¿no?


Fig.2.Margarita de Austria, Juan Pantoja de la Cruz. 1606.

Óleo sobre lienzo, 207 x 122 cm.

(Laboratorio de análisis del Museo Nacional del Prado)


Lo que estos estudios de análisis estratigráficos nos permiten conocer, son el tipo de pigmentos utilizados y en qué proporción, si es puro o mezclado con otro color, si es de mayor o peor calidad, si la imprimación es de color o blanca, si es una capa gruesa o una posible veladura, o si la capa de barniz y la suciedad adherida es tosca o ligera.

Hay que tener en cuenta que la muestra estratigráfica es ínfima. Estamos hablando de menos de un milímetro cuadrado porque cualquier tipo de prueba o análisis invasivo en la obra, y este lo es puesto que supone extraer material original, debe de ser una acción meditada y elegida estratégicamente para ser lo menos agresiva posible.

Esa pequeña muestra nos aporta una información concreta con la que podemos hacer una aproximación general sobre lo que habría en el resto de la obra.

Fig. 3. Detalle de la obra de Velázquez, Los borrachos, 1628-29. 16x225 cm.

Análisis estratigráfico y espectro EDX

(Laboratorio de análisis del Museo Nacional del Prado)



Por supuesto, esto no es posible saberlo al 100% solo con la visión a través del microscopio, sino que también los estudios estratigráficos son apoyados con otro tipo de análisis paralelos en laboratorio que ayudan a identificar de qué tipo de material está compuesta cada capa y en qué estado se encuentra. (Fig.3)


En algunos casos, las interfaces entre capas pictóricas se encuentran muy bien definidas como el caso anterior (Fig.2), se puede apreciar perfectamente esa sección estratigráfica del "sandwich" del que hablábamos, y esto es de agradecer en cuanto a la facilidad de obtener la información y diferenciar bien esas capas pictóricas. En cambio, otras tantas veces eso no sucede así y las capas se encuentran tan desintegradas y tan poco definidas que, desde el punto de vista técnico puede ser un quebradero de cabeza absoluto. Sin embargo, desde una visión artística y emocional, la imagen se aprecia de una forma totalmente diferente.


La realidad es que lo que se puede ver a través del microscopio es absolutamente mágico.


Desde que me especialicé en este campo, siempre recordaré la primera vez que supe lo que era esto. ¡Cuánto me impactaron esas imágenes! ¿Cómo es posible que en una muestra de apenas un milímetro cuadrado se esconda todo esto?

Ya de por sí, realizarlas es todo un arte por su complejidad y riesgo, pero lo que sucede a través de las lentes de un binocular, es otra cosa.

Fig. 4,5 y 6. Estratigrafías (Laboratorio de análisis del Museo Nacional del Prado)



¿No encontráis cierta similitud con el arte contemporáneo abstracto? Casi podrían tratarse como obras definitivas en miniatura o la versión abstracta de un cuadro de unos cuantos siglos pasados. Viendo algunas estratigrafías del Greco podríamos vacilar y decir que se trata de un artista abstracto, por ejemplo (Fig.4)


En definitiva, sea lo que sea, y nos parezca lo que nos parezca, las estratigrafías son un proceso cuanto menos curioso. Todo esto se encuentra oculto y latente bajo capas y capas de pintura, pigmentos y aglutinantes, arte, aciertos y correcciones, artista e historia, clásico y contemporáneo... y todo eso junto en un precioso microcosmos cromático. (Fig.7)

Fig.7. Conjunto de estratigrafías.





Beatriz Tapia de las Heras,

profesora de la Escuela iONA.






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