Arte urbano: La democratización del arte
- Escuela de Arte iONA
- hace 1 día
- 3 Min. de lectura
Por Lucía Ares, profesora en Escuela iONA
El arte urbano está viviendo un momento de aceptación cada vez más alto en el mundo de la cultura, emergiendo como una de las formas más dinámicas y relevantes de la expresión artística contemporánea. Quedaron atrás los tiempos en los que era considerado como poco menos que vandalismo, algo propio de una subcultura marginal. A lo largo de los últimos años, el arte urbano se ha consolidado como un fenómeno global que influye en el discurso artístico contemporáneo, transformando el espacio público en un lienzo de reflexión, protesta y belleza efímera . Y,¿ por qué efímero? Imaginarás, con acierto, que la exposición a las adversidades climatológicas deteriora las intervenciones artísticas, pero, además de eso, hay que contar con la acción de otras personas que escriben o pintan murales previos, alterando su aspecto o sepultándolo por completo. Cuestión de marcar territorio. Los humanos también lo hacemos.
Si nos centramos en el porqué de este resurgir y esta revalorización, diría que una de las razones por las cuales el arte urbano ha alcanzado un pico de tal relevancia es su factor democratizador. El arte urbano es de todos, se interrelaciona con los espectadores en los lugares públicos, accesibles para todos, ricos, pobres, sin intermediarios, sin entradas, sin protocolos, sin convocatorias. Además, los mensajes que envían los artistas urbanos suele dirigirse a un público popular y cercano, al espectadores de toda índole, sin esnobismo intelectual. Muchas de estas obras urbanas llevan al diálogo de los viandantes temas de trascendencia social como los conflictos bélicos, la desigualad entre clases, el racismo, la gentrificación, la vigilancia masiva, la identidad de género y la memoria histórica, etc. De esta forma se invita a la ciudadanía a cuestionar su entorno y a participar activamente en el debate social de forma informal y natural, tan alejado de la formalidad que rodea a las instituciones artísticas del formato museo o galería. De hecho, es sabido que las instituciones están tomando nota sobre cómo transformar sus espacios y su comunicación y su relación con el espectador para acercarse a la gente, para alejarse de esa imagen fría y distante. Muchas instituciones se han dado cuenta de esto y trabajan para integrar la vida de los ciudadanos en el propio espacio expositivo. Tumbarse en mitad de la sala sobre un cómodo "puff", poder leer o estudiar en los museos y galerías, etc. Transformar la manera de entender los espacios expositivos y quizá también el arte.
Pero el arte urbano también muta y se reinventa pasando a considerarse arte "de interior", pues son muchos artistas "callejeros" que trabajan para galerías y presentan sus trabajos sobre lienzo en las numerosas ferias de arte internacionales, alcanzando gran cotización y prestigio también en los medios y formatos más tradicionales. Algunos llegan a conquistar el mercado (como el popular Banksy), aunque en algunos casos pueda parecer paradójico teniendo en cuenta el origen del arte urbano, en el extrarradio del comercio artístico más ortodo o antisistema.



El món neix en cada besada- Joan Fontcuberta

Detalle de la obra de Fontcuberta, formada por imágenes especiales de cientas de personas diferentes
Otro de los puntos fuertes del arte urbano es que, en ocasiones se involucra la a propia comunidad , a los vecinos, como parte colaboradora fundamental de los proyectos, ayudando y acompañando al artista en el proceso de la obra con brochas y sprays en mano. En esta línea suele trabajar el colectivo madrileño Boamistura.

Intervención de Boamistura en el municipio de El Carpio (Córdoba)


Obra de Diego As en A Coruña
También hay un que destacar un detalle importante: Mediante el arte urbano el artista tiene libertad para expresarse y compartir su trabajo con el público sin intermediarios ni los arduos procesos que organizan las instituciones. Habitualmente resulta complicado exponer y compartir tu trabajo con el público (aunque las redes sociales abrieron otra ventana), pero normalmente dependes de convocatorias, de instituciones o espacios oficiales que suelen estar muy solicitados y desbordados de solicitudes. El arte urbano ofrece la libertad de saltarse estos impedimentos y las calles y las gentes que las recorren se convierten en los mejores aliados de la divulgación artística.