Por Lucía Ares, profesora en Escuela iONA
Resulta muy frecuente comenzar y acumular numerosos proyectos sin una conexión clara entre sí debido a nuestro gusto arbitrario, o a la improvisación. Debido a esto terminamos seleccionando una imagen que tenemos a nuestra disposición, sin darle muchas vueltas a si tiene un sentido emplear nuestro tiempo en representarla.
Hay un factor clave responsable de que esto suceda:
El factor incertidumbre
No siempre se sabe lo que se quiere hacer. A veces podemos llegar a pensar que no tenemos ideas o tiempo, o que elegimos nuestros temas por motivos que desconocemos o que no tienen relevancia alguna. Ocurre que, un buen día, quizá el menos pensado, veamos ( o nos hagan ver) una conexión entre nuestros gustos, nuestros pensamientos o preocupaciones y las cosas que hemos estado haciendo tiempo atrás tienen una relación que antes no veíamos. De repente se ilumina la bombilla de la inspiración y nos llegan unas posibilidades que antes no percibíamos.
Ahora, es posible que llegados a este punto, sintamos la necesidad de orientar nuestros trabajos a la expresión de una idea o un concepto concreto que englobe y conecte todas nuestras piezas. Nos estaríamos acercando a lo que podríamos considerar como proyecto artístico. Para conseguir solidez y coherencia en nuestro propósito, es posible que incluso debamos apuntar lo que buscamos con este proyecto. Y con esto no me refiero a objetivos ajenos a nuestro control, como premios, aceptación, etc. sino a una conexión, un hilo conductor que otorgue una especie de diálogo común entre todas las piezas pertenecientes a este proyecto. ¿Qué condiciones o elementos tiene que tener mi proyecto para ser considerado como tal? Principalmente estas dos:
-Un código estético común, definido y diferencial entre las diferentes piezas, bien sea a nivel de color, forma, línea, textura, etc.
-Una temática o concepto que conecta las obras Por ejemplo. (Dalí y los sueños) Barceló y el arte primitivo, etc.
A continuación te muestro unos ejemplos de varios artistas con líneas estéticas muy diversas, pero que cumplen estos parámetros, y por ello son diferenciales y fáciles de identificar (algo fundamental):
Fernando Zóbel
Egon Schiele
M.C. Escher
Juan Genovés
Yayoi Kusama
Kandinsky
Francis Bacon
Ahora que ya conoces en qué debes centrarte...es el momento de empezar a explorar, analizar y experimentar en búsqueda de proyecto personal.
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